La inclinación a los detalles superficiales de Suetonio nos invita en Las vidas de los doce césares a hacer un entretenido seguimiento de los cambios de nombres de los meses durante los inicios del calendario juliano. Ya se recogieron en otra entrada las razones que el autor latino daba para la creación de éste. Hoy repasamos los varios bautizos que tuvieron los meses. Hay que hacer notar que Julio César conservó sus nombres, y a los dos nuevos los designó según la misma usanza de referirlos a dioses, celebraciones o por su número. A pesar de ello, Suetonio nos cuenta:
Impútanse, sin embargo, a César acciones y palabras que demuestran el abuso del poder y que parecen justificar su muerte. No se contentó con aceptar los honores más altos […] tuvo como éstos, lecho sagrado; un flamen, sacerdotes lupercos, y el privilegio, en fin, de dar su nombre a un mes al año.
Fue realmente a su muerte, y por decisión de Marco Antonio, cuando se pasó a denominar julio a quintilis. Caso distinto es el de Octavio Augusto, que no contento con adjudicarse un mes, trastocó las duraciones de varios para asignarse una duración de 31 días.
Redujo el método seguido antiguamente en la marcha del año, arreglada ya por Julio César, y en la que la negligencia de los pontífices había introducido de nuevo desorden y confusión. En esta obra dio su nombre al mes llamado sextilis, con preferencia al de septiembre en que había nacido, porque en aquél obtuvo su primer consulado y logró sus principales victorias.
[…] Murió en la misma habitación que su padre Octavio. […] Uno propuso también que se trasladase del mes de agosto al de septiembre el nombre de Augusto, porque había nacido en el último y muerto en el primero; otro, que el tiempo transcurrido desde su nacimiento hasta su muerte se llamase siglo de Augusto y con este nombre se designase en los fastos. Se pusieron, sin embargo, límites a tales proposiciones.
Sólo estos dos apelativos han sobrevivido hasta hoy, pero no fueron los únicos renombramientos efectuados para vanagloria de los emperadores. Aunque Tiberio se negase a las adulaciones…
Prohibió jurar obediencia a sus actos y dar al mes de septiembre el nombre de Tiberio, y al de octubre el de Livio.
…Suetonio nos sigue contando, a propósito de Calígula:
En memoria de su padre llamó germánico al mes de septiembre.
Y más tarde Nerón:
Deplorable mama era en él el deseo de perpetuar su memoria, la cual le llevó a cambiar el nombre a muchas cosas y muchas ciudades para substituirlos con el suyo, llamó Neronniano al mes de abril, y quería que Roma se llamase Nerópolis.
También, hay que anotar, renombró mayo como claudius y junio como germanicus. Domiciano protagoniza el último intento de perpetuarse por medio del calendario en las páginas de Las vidas de los doce césares:
Después de sus dos triunfos, tomó el dictado de Germánico y llamó con sus dos nombres, Germánico y Domiciano, los meses de septiembre y octubre: el primero porque era la época de su ascensión al trono, el segundo por ser el mes en que había nacido.


