El Reloj Astronómico de Praga: el cielo

A quien conozca el astrolabio no escapa la similitud que presenta el instrumento con el reloj astronómico del antiguo ayuntamiento de la Ciudad Vieja de Praga. En efecto, la rueda exterior, con la indicación de la hora local en cifras góticas, se asemeja al elemento denominado madre; el fondo representa el plato, con los círculos correspondientes a los trópicos y el ecuador; y, dentro de él, la araña con los signos zodiacales. De hecho, incluso podemos descubrir el dorso de esta herramienta de astrónomos y navegantes en el círculo que se halla justo bajo el principal del reloj, aunque este componente date de finales del siglo XIX.

Reloj astronómico de Praga
Reloj astronómico de Praga

En la entrada previa ya mencionamos el recorrido que efectúa el sol sobre la representación de la bóveda celeste indicando las horas. Pues bien, una rueda con los signos del zodiaco situada excéntricamente lo acompaña indicando la posición que el astro ocupa en los cielos. Para que ello sea posible es necesario que ambos (el sol y el círculo zodiacal) sigan un lento movimiento relativo de modo que al cabo de un año el uno haya efectuado una vuelta completa alrededor del otro. Queda así justificado el adjetivo astronómico que se le otorga al reloj. El círculo zodiacal no es otra cosa sino una proyección de la esfera celeste (para los astrónomos el zodiaco es la banda en la cual podemos observar el movimiento del sol, la luna y los planetas). Acompañan a los signos unas divisiones más pequeñas, seis por cada uno de ellos, que corresponden a fracciones de cinco grados del ecuador. Como es lógico, la pequeña estrella que representa en el reloj el punto vernal debe moverse de forma solidaria con el zodiaco, pues se sitúa en la transición de Piscis a Aries. Si se observa con cuidado, se puede notar que del centro de giro parten además otros tres brazos, a modo de cruz: el opuesto a la estrella es el denominado punto Libra y ambos marcan el solsticio del primavera y otoño respectivamente; los transversales indican los solsticios de verano e invierno. De modo que cuando el sol cruza, en sentido antihorario, cada una de estas líneas entra en una estación nueva.
La luna, por último, también tiene cabida en el conjunto. Se representa mediante una esfera plateada por uno de sus lados y negra por el otro (con objeto de que al girar indique su fase). Como sucede con el sol, su posición puede leerse tanto en la bóveda celeste si la observamos desde el círculo zodiacal como sobre el horizonte si lo hacemos desde el frontal del reloj.
En drifted.in se puede disfrutar de una animación del conjunto. Animo a jugar con los controles a la derecha para observar cómo evoluciona con el tiempo, e incluso qué configuración tendría en otras latitudes.
Continúa en El Reloj Astronómico de Praga: el calendario

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