En 2010, coincidiendo con el inicio del Ramadán, entró en funcionamiento el reloj más grande del mundo (con el mayor dial, hay que aclarar), situado en la ciudad de la Meca. Para ser puntillosos dicho mes da comienzo con el avistamiento ocular del hilal (هلال), la luna creciente, y por tanto antes de la medianoche. Además, puesto que esta observación depende del punto de la Tierra en que se esté, de las condiciones atmosféricas, y está sujeta a cierta subjetividad, países como Omán aguardan al día siguiente para iniciar el ayuno. Si detallo estas minucias es porque sospecho que con la innauguración se pretendía algo más que adornar de forma ostentosa la cima de un edificio. Posiblemente se quería dar mayor cohesión a los calendarios entre los países árabes, y de ahí la insistencia del comunicado en acuñar una hora de la Meca, contraponiéndola (aunque en el fondo se inspire en ella) a la universal hora de Greenwich.
Volviendo al reloj, se trata de una construcción monumental con cuatro esferas de 43 metros de diámetro, actualmente terminadas, aunque durante la inauguración sólo una tenía completa su decoración, un mosaico de 98 millones de piezas. El diseño es suizo-alemán, y la construcción corrió a cargo del consorcio saudí Bin Laden. Se sitúa en el Makkah Royal Clock Tower, el tercer rascacielos más alto del mundo y el hotel con más superficie.
Menciono a colación varios de relojes singulares del mundo:
- Atendiendo a su cara, el segundo reloj más grande son los techos del Centro Comercial Cevahir, en Estambul.
- El mayor reloj solar, con 38 metros de diámetro, está en Pajala (Suecia). Esto es descartando construcciones arquitectónicas o efímeras como el Monte Saint-Michel.
- El reloj de arena de más tamaño está en Budapest (Idõkerék, o la Rueda del Tiempo) y tiene ocho metros de altura.
- Los dos relojes de cuco más grandes del mundo tienen el tamaño de una vivienda, y están en Schonach (Alemania).


