La clepsidra del Ágora de Atenas

Clepsidra del ágora de Atenas
Clepsidra del ágora de Atenas

Atenas disfrutó en su historia antigua de dos relojes de agua. El primero de ellos estaba situado en el Ágora clásica, la zona de la ciudad donde tenían lugar las actividades políticas, sociales y, hasta la época romana, las comerciales. Sus ruinas pueden visitarse en la actualidad: se hallan en la esquina suroeste, junto al camino que conducía a la colina de Pnyx. Se construyó a finales del siglo IV antes de Cristo, y su mecanismo era en sus inicios muy simple: con el agua que llegaba de un canal se llenaba un tanque que poseía un drenaje inferior de bronce. Cuando estaba lleno se calcula que tardaba en vaciarse unas 17 horas. Posiblemente al amanecer se forzase el vaciado para reiniciar la temporización. La clepsidra debía disponer además de algún mecanismo de flotación que indicaba en un marcador superior el paso de las horas.
Este sistema tenía el incoveniente de que las divisiones no podían ser regulares, ya que la mayor presión del agua cuando el depósito estaba lleno hacía que éste se vaciase con más rapidez. Este problema se resolvió en el tercer siglo antes de Cristo al añadirle dos tanques suplementarios a diferentes alturas. La idea consiste en medir el tiempo no ya por el vaciado del depósito mayor, sino por el llenado de uno de los accesorios a partir del agua de éste. El primer tanque mantiene según el nuevo sistema un nivel constante mediante un aporte continuo de agua y un desagüe adicional situado en su parte superior y de esta forma la presión de salida de su agua es siempre la misma. Al completarse el llenado del depósito que servía para indicar la hora, se vaciaba éste y se reiniciaba el ciclo.
Este reloj permaneció en funcionamiento hasta la construcción de una clepsidra mayor en el Ágora Romana, llamada la Torre de los Vientos.

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