El origen del mes como unidad de tiempo está incuestionablemente ligado al periodo lunar, de aproximadamente 29 días y medio. Y la influencia de nuestro satélite en nuestras vidas era en la antigüedad tan grande (mareas, ciclos biológicos, visibilidad durante la noche), que es prácticamente inconcebible un calendario que no le reserve una unidad. La misma palabra menstruación deriva de mensis, el mes latino. Asunto diferente es que nos hayamos mantenido fieles con el curso de los siglos al origen lunar de esta división. Ajustar su duración con una cierta precisión exigiría, en una primera aproximación, alternar meses de de 29 y 30 días. Y si se desea cuadrar este resultado con el periodo solar, encontramos un problema de solución compleja. Por eso no es de extrañar que algunas culturas, en mayor medida civilizaciones «agrarias», se optase a la postre por hacer tabla rasa y reinventar el mes. Así en el Antiguo Egipto se optó por 30 días cabales, en Bangladesh o Irán los hay de 30 y 31 días y el calendario juliano… Bueno, lo de nuestro calendario sencillamente no tiene nombre.
Otros han decidido permanecer más fieles al propósito inicial de este periodo, dando lugar a los llamados calendarios lunares y lunisolares. En el primer caso sencillamente se sacrifica la exactitud en el seguimiento del ciclo solar (véanse los 352 días del año musulmán), y los segundos intentan, renunciando a la sencillez, combinar meses lunares y años solares.
Hecha esta introducción quizás convendría aclarar ciertos errores frecuentes. Es común encontrar escrito que el ciclo lunar tiene una duración de 27 o 28 días. El primer error hay que entender que deriva de asimilarlo a lo que se denomina mes sidéreo. Como en el caso del día sidéreo, éste no se calcula tomando como referencia nuestra posición, sino la de las estrellas. Dicho más claramente, la Luna enfrenta la misma dirección frente al fondo estelar cada 27’32 días. Pero todavía debe girar otro poquito más para que nosotros, que también nos movemos, la veamos exactamente igual. El mes sidéreo es una unidad de tiempo más propia del trabajo de astrónomos que de uso cotidiano; y lo mismo sucede con el trópico, el anomalístico o el draconiano, así que no los trataré aquí. Lo que nosotros asociamos al ciclo lunar se denominaría con propiedad mes sinódico y, como hemos dicho, tiene una duración sensiblemente superior. Respecto al otro error frecuente, decir que las fases lunares se repiten cada 28 días, sospecho que proviene de asimilarlo a cuatro semanas. Aunque sobre la razón de esta subdivisión tendríamos más que discutir.
